El Carnaval Porteño vive en nuestras calles, en las plazas y esquinas que se llenan del ritmo y el color de la fiesta popular. También vive dentro de las casas, en las terrazas, en los bondis naranjas y blancos, en clubes de barrio, en bares añosos y cafés modernos. Vive en los cuerpos que lo bailan, en las voces que cantan y en las manos que, generación tras generación, cosen apliques y flecos para ofrecer fiesta y alegría compartida; el Carnaval Porteño late en la memoria afectiva y cultural que habita la ciudad.

Queremos que la historia carnavalera de Buenos Aires, esté presente, a la vista de todxs, ahí, donde le corresponde, en la calle, disponible para que cualquiera se la encuentre al pasar. Ponemos Huellas de Carnaval en cada sitio donde se desarrolla su arte, en cada lugar que conforma su historia, en cada espacio que sea o haya sido alguna vez coloreado por su folklore. Al caminar por la ciudad, en cualquier pared, en medio de una plaza o bajo algún farol, la memoria del festejo popular va a asomar a tu encuentro para recordarnos cuánto podemos, siempre, celebrar juntxs.